OJOS QUE NO VEN, CORAZÓN QUE NO SIENTE
Si faltaba algo para que nuestro bendito fútbol argentino se transformara en una máquina de generar dinero, ya se ha implementado. Como buen doctor, le presto mucha atención a las quejas de mis pacientes; y como no aguanto mis ganas por descubrir los porqué me decidí a investigar qué es lo que causa la irritación ocular que poseen cada vez que visitan mi consultorio luego de un fin de semana post-cancha.
En esta oportunidad, mas por satisfacción personal que intriga profesional, fui a Mataderos a ver Chicago- San Lorenzo. El resultado fue 2 a 1 para los locales, una verdadera decepción para mí, que necesitaba comenzar el finde con una alegría. Por suerte pude encontrar los motivos de los dolores de mis pacientes. Cada vez que la pelota caía en el área del arquero a la altura de las rodillas no se veía donde estaba y encima me daban ganas de tomare mate, comer bizcochitos, comprar un auto, contratar un seguro para mi casa. Me dije: que está pasando? El resultado estaba “a la vista”: los carteles luminosos que se posan alrededor de todo el campo de juego no dejan ver un carajo, encima la publicidad tiene un efecto psicodélico alucinante, lastima que empañe el verdadero espectáculo que es el partido.
Mientras volvía en el colectivo abrí mi billetera buscando algún papel que alimente mis ilusiones de irme a tomar un
baily. Vi solamente treinta centavos, si, treinta miserables centavos, que no me alcanzaban ni para dos pico dulce. Me sentí un pelotudo, gasté lo último que tenía en ver a 22 millonarios corriendo atrás de una pelota y encima no vi un carajo porque los carteles que pusieron Grondona y Cía. no me dejaron ni pispiar el encuentro.
Ahora cada vez que mis pacientes me pregunten “Doctor: porque me duelen los ojos?. La respuesta va a ser fácil “ Antes de ir a la cancha, váyase a tomar un baily, seorrrrr”